Música Viva

 

 

 

Cuerda  frotada

 

 

 

 

 

Los cuatro instrumentos musicales de cuerda frotada que hoy día forman la estructura básica sobre la que se construye la orquesta sinfónica son, del más agudo al más grave, el violín, la viola, el violonchelo y el contrabajo. Todos ellos forman parte de una misma familia de instrumentos, y su origen se encuentra en las antiguas violas empleadas en el Renacimiento, algunas de las cuales se tocaban apoyadas sobre el hombro (violas da braccio), y otras, las de mayor tamaño, se solían tocar apoyadas entre las piernas (violas da gamba). A partir del siglo XVII estos instrumentos vinieron a desplazar paulatinamente a estas violas antiguas, las cuales sólo se emplean hoy en día para interpretar piezas musicales de su época. Por contra, los cuatro instrumentos de la familia del violín son instrumentos plenamente vigentes al día de hoy, y cuentan con un amplio repertorio de obras de todos los estilos y de todas las épocas, pues, especialmente el violín y el violonchelo, han sido instrumentos solistas preferidos por los compositores de todas las épocas de la historia de la música.

 

La característica común a todos ellos es que el sonido se produce de manera idéntica, al hacer frotar cada una de las cuatro cuerdas de las que constan con el denominado arco. Este utensilio es una vara de madera entre cuyos extremos se tensa una mecha de hilos, que hoy en día es de nylon. Dichos hilos están impregnados con una resina especial llamada pez, con la cual se agarran mejor a las cuerdas. La vibración de las cuerdas se transmite al cuerpo del instrumento (la caja de resonancia), con lo cual el sonido es amplificado y gana en calidad sonora.

 

La construcción de los instrumentos de esta familia, especialmente del violín por ser el “hijo preferido” de toda la familia, ha sido un arte que desde el siglo XVI se vino cultivando con una enorme maestría durante algunos siglos. Por ello, violines de aquella época construidos en las ciudades italianas de Brescia y de Cremona, son hoy día piezas de museo de valor incalculable, pues a pesar de los avances técnicos que actualmente poseemos, no ha sido posible construir instrumentos con un sonido tan perfecto como los de aquellos ejemplares. Familias de lutieres (que es como se llaman a estos constructores de instrumentos), como las Stradivarius, Amati o Guarnieri, alcanzaron el prestigio internacional de su época por la calidad de sus construcciones, cuyo misterio no ha podido ser transmitido hasta nuestro días.

 

 

 

 

violín

 

 

viola

 

 

violonchelo

 

 

contrabajo

 

 

 

 

 

 

 

Audiciones