La
palabra “orquesta” proviene de la antigua Grecia, y designaba a la parte
delantera del escenario en el que se realizaban representaciones teatrales.
Esta zona solía estar ocupada por un coro que cantaba y en ocasiones también bailaba.
Será en el siglo XVIII cuando se llamará orquesta a los grupos instrumentales
más o menos numerosos que se situaban en el escenario para tocar. Para
concretar más lo que hoy día entendemos por orquesta, se puede decir que ésta
es una agrupación instrumental numerosa con dos características distintivas: 1) Intervienen instrumentos de todas las familias: cuerda,
viento, percusión, e incluso teclado. 2) La
estructura o esqueleto
de la orquesta
la forman los instrumentos de
cuerda frotada, que por otra parte son los más numerosos: violines, violas,
violonchelos y contrabajos. La
orquesta como agrupación instrumental no ha sido siempre la misma a lo largo
de la historia, sino que ha evolucionado y se ha ido transformando. La
transformación principal que ha ido sufriendo ha sido la de crecer en
dimensiones, desde las pequeñas orquestas barrocas, hasta llegar a las
inmensas orquestas sinfónicas de principios del siglo XX, en las que pueden
llegar a intervenir hasta 100 músicos instrumentistas e incluso más, aparte
de coros y solistas en algunas ocasiones. |