Podemos considerar que en el Barroco ya existía una agrupación musical numerosa que merecería la consideración de orquesta. En ella los instrumentos de cuerda formaban la estructura básica de la misma, si bien no era un grupo excesivamente numeroso en comparación a cómo será en épocas posteriores. Junto a la cuerda podía haber algunos instrumentos de viento que solían destacar en ella, al ser ésta una agrupación pequeña. Pero estos instrumentos de viento no formaban un grupo fijo en todas las orquestas barrocas, y por tanto no podemos hablar de un modelo típico de orquesta barroca, sino que su formación podía variar según el repertorio que se quería interpretar, según los países, o la funcionalidad que podía tener un determinado concierto. Habitualmente solía haber oboes, fagotes y trompas, si bien también abundaban orquestas exclusivamente de instrumentos de cuerda. Flautas, timbales y otros instrumentos de metal también podían utilizarse en algunos casos.