La palabra “textura”, según el diccionario, significa la
manera en la que se entrelazan los hilos de una tela. Por tanto, es una palabra
que se relaciona directamente con los tejidos y su forma de elaborarse, que a
su vez influye tanto en su aspecto visual como en su aspecto táctil (al
tocarlo).
Por analogía, el término “textura” se utiliza en diversos
ámbitos para referirse al modo en que se disponen las distintas partes que
forman un todo, esto es, su estructura. Así es como lo define también el
diccionario. Por eso hablamos de textura de una superficie, de texturas en los
alimentos, en las pinturas, etc.
Por ejemplo, veamos cómo es la textura en los siguientes
materiales:
TEXTURA DE LA MADERA DE ROBLE
TEXTURA DE UNA BOLSA DE PAPEL ARRUGADA
En estos ejemplos sabemos perfectamente distinguir, tanto
visualmente como mediante el tacto, superficies tan diferentes como una tela
vaquera, la superficie de una madera, o una bolsa de papel arrugada. En todos
estos objetos sus elementos están organizados internamente de manera diferente.
Igualmente, en música hablamos de textura para
referirnos, también por analogía con los tejidos, a la forma en la que los
sonidos se entrelazan y se organizan entre sí, para formar ese todo que es su
sonoridad en conjunto. Por tanto, en música tendremos diferentes tipos de
textura en función de cómo se organicen internamente los sonidos, tanto en su
aspecto horizontal o melódico, como en su aspecto vertical o armónico.