El
saxofón es uno de los instrumentos clásicos más recientes, del cual conocemos
la fecha exacta y quién fue su inventor. Sería el constructor de instrumentos
(y clarinetista) belga Adolph Sax quien lo daría a conocer en el año 1846. El
hecho de incluir el saxofón en el esquema general de los instrumentes en un
grupo aparte de los instrumentos de viento-madera, es porque, aunque muchos
lo consideran claramente como un instrumento de viento-madera más, en
realidad el saxofón tiene una serie de características híbridas entre los
instrumentos de viento-madera y los de viento-metal. Para
empezar, el saxofón está construido completamente de metal, algo por lo cual
ya lo separa de la sección de viento-madera, cuyos instrumentos suelen construirse
todos de madera, con la excepción de la flauta moderna que también se
construye con metal. Pero por otra parte su sonido se produce por el mismo
mecanismo que en los clarinetes, esto es, con lengüeta simple sujeta a una
boquilla. Incluso su digitación es muy similar a la del clarinete. Por todo
ello su sonido es una especie de híbrido, que si bien es cierto se asemeja
bastante a los instrumentos de viento-madera, también recuerda en algo al
sonido de los de viento-metal, y de hecho su potencia sonora es superior a la
de los instrumentos de viento-madera, como también lo es la de todos los
instrumentos de la sección de viento-metal. Pero
en realidad no debiera de hablarse del saxofón como de un único instrumento,
sino que existe toda una familia de ellos. Adolph Sax llegó a construir una
gama completa de hasta ocho instrumentos. No obstante, con el paso de los
años, los que realmente se han venido utilizando con frecuencia son los
cuatro instrumentos que forman el llamado cuarteto clásico de saxofones: el
soprano, el contralto (o alto), el tenor, y el barítono. Otros como el
sopranino o el bajo pueden a veces aparecer en algún concierto, pero en muy
raras ocasiones. El
saxofón soprano es el más agudo del cuarteto, y el único que no tiene forma
curvada. Su sonido es ligeramente nasal y recuerda a veces al oboe, si bien
en los agudos y tocado en fuerte resulta un poco chillón, por lo que el buen
instrumentista debe saber amoldar bien esos sonidos. Afinado en SI bemol, su
registro es de hecho casi el mismo que el del oboe, o sea, algo menos de tres
octavas. Pero
de toda la familia el saxofón contralto (o simplemente alto) es el
instrumento estándar y preferido tanto por los compositores como por los
intérpretes en el repertorio clásico del saxofón. Afinado en MI bemol, sus
notas suenan una quinta por debajo del saxofón soprano, siendo su sonido el
más típico de todos los saxofones. Si el saxo alto es el preferido por los
clásicos del saxofón, en cambio el saxofón tenor es el preferido de los
músicos de jazz. Afinado en SI bemol, suena una octava por debajo del
soprano. Por ello tiene un registro de notas graves bastante importante. Por
lo demás su sonido en buena parte de su extensión recuerda a veces al del
saxo alto. Finalmente el saxofón barítono es el más
grave de todo el cuarteto. Afinado en MI bemol, suena una octava por debajo
del saxo alto. Es un instrumento bastante grave, con una sonoridad potente
que lo convierte en muy útil para reforzar los bajos en un conjunto
instrumental. Los saxofones, a pesar de ser un
instrumento de apenas 150 años de existencia, cuentan con un repertorio de
música de cámara bastante importante, tanto actuando como solista
(especialmente el soprano y el alto) como formando parte de cuartetos,
quintetos y otras agrupaciones camerísticas. Sin embargo, la presencia de los
saxofones en la música orquestal ha sido muy escasa, apareciendo tan sólo en
muy pocas obras, aunque sí es cierto que cuando se ha empleado ha sido para
su lucimiento en algún determinado pasaje actuando como
solista. Por
contra, en la banda sinfónica los saxofones son una pieza fundamental en su
estructura, siendo, después de los clarinetes, el grupo instrumental más
numeroso. |