Al tratar los instrumentos de viento-madera
es necesario puntualizar que cuando hablamos de uno de ellos en concreto, en
realidad hay que saber que no son instrumentos aislados, sino que suelen formar
parte de una familia de instrumentos, todos ellos de diferentes tamaños, y
por tanto de diferente registro. Los instrumentos más pequeños son los más
agudos, mientras que los más grandes son los más graves. Por tanto, hay que
tener en cuenta que no existe una sola flauta, sino una familia de flautas,
ni un solo clarinete, sino toda una familia de ellos, y lo mismo ocurre con
los saxofones, oboes y fagotes. No obstante, eso no quiere decir que todos
los instrumentos de cada familia se empleen habitualmente, bien en la
orquesta o como solistas, sino que normalmente sólo algunos de ellos (dos,
tres, o quizás cuatro) son los habituales; el resto suelen ser instrumentos
antiguos caídos en desuso, o bien instrumentos poco operativos en la práctica
musical. En primer lugar, como instrumentos de bisel
tenemos a las flautas, que pueden ser traveseras, o bien flautas de pico.
Estas últimas eran muy habituales en la música antigua, pero hoy día son muy
poco utilizadas en la orquesta moderna. En un segundo grupo tenemos los instrumentos
de lengüeta, que pueden ser de lengüeta simple (como las familias de los
clarinetes y los saxofones), o de lengüeta doble (como las familias de los
oboes y fagotes). En el primer caso también se llaman instrumentos de
boquilla, pues necesitan de una boquilla donde apoyar la lengüeta para que
ésta ejerza su labor de entrecortar la corriente de aire. En el segundo caso
no se precisa de boquilla, pues las dos lengüetas unidas se apoyan la una
sobre la otra para conseguir el mismo efecto de entrecortar el aire y
producir así la vibración. |