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El
corno inglés, que en realidad no procede de Inglaterra, sino de Francia, es un pariente
de la familia del oboe. Su tamaño es algo mayor, así como tiene una
característica curvatura en el denominado tudel, que es el tubo que une y
transmite el aire desde las lengüetas hasta el cuerpo del instrumento. Como
consecuencia de ser algo mayor, su sonido es también más grave que el del oboe,
en concreto una quinta más baja que este. Por lo demás, tanto su técnica de
ejecución como su sonido se asemejan al del
oboe,
si bien sus sonidos graves son los más característicos, a los cuales no puede alcanzar
un oboe. Por ello un intérprete de oboe puede igualmente tocar sin grandes
problemas un corno inglés.
A
pesar de ser un instrumento conocido desde muy antiguo, con la misma larga
tradición que el oboe, el corno inglés no ha sido un instrumento solista muy
apreciado, apareciendo en pocas ocasiones en la música de cámara, y actuando
muy raramente como solista. Igualmente en la música de orquesta ha sido uno de
los últimos instrumentos en incorporarse, haciéndolo de manera habitual no
antes del siglo XIX. No obstante, sí es cierto que hoy en día es un instrumento
clásico de la orquesta sinfónica moderna, y son numerosas las obras sinfónicas
en las que el corno inglés tiene algún pasaje para su lucimiento, pues no en
vano su peculiar timbre lo hace destacar claramente del acompañamiento
orquestal en pleno.