|
|
La guitarra es considerado un instrumento
típicamente español, pues en nuestro país se ha compuesto un repertorio musical
verdaderamente amplio, desde que en el siglo XVII se convirtiera en un
instrumento tremendamente popular. No obstante, los orígenes de la guitarra son
algo confusos, como también lo suele ser el de otros muchos, pues en este caso
el parecido de la guitarra con otros instrumentos que en épocas anteriores
fueron muy importantes, como por ejemplo el laúd y la vihuela (ésta también
típicamente española), crea confusión entre los historiadores a la hora de
poder determinar un origen certero.
La guitarra es un instrumento delicado, pues su
fuerza sonora es escasa. Por eso es ideal para la música de cámara,
conjuntándose con pocos instrumentos, especialmente de cuerda, así como también
es ideal para acompañar a algún otro instrumento e incluso a la voz, por ser un
instrumento polifónico que por tanto permite con cierta facilidad ejecutar
acordes.
La guitarra tiene seis cuerdas, afinadas así,
aunque en realidad sus notas suenan una octava más baja:
La guitarra consta de un cuerpo curvado, con tapas
frontales y traseras planas, aunque en la delantera existe un agujero que
conduce el sonido a dicho cuerpo, que actúa así como caja de resonancia.
También existe un mástil por donde transcurren las cuerdas, y, a diferencia de
los instrumentos de cuerda frotada, la guitarra dispone de trastes, que son
partes salientes en dicho mástil que indican las posiciones donde los dedos
deben pisar para obtener los diferentes sonidos, por lo que dichos trastes
facilitan la ejecución de los sonidos. Normalmente se toca apoyada sobre la
pierna derecha, permaneciendo el intérprete sentado, y mientras que con los
dedos de la mano derecha se pulsan las diferentes cuerdas más o menos a la
altura de la boca (que es el agujero antes mencionado), con los de la mano
izquierda se pisan las cuerdas para obtener los diferentes sonidos.