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Instrumentos
similares a la trompa ha habido muchos en diversas sociedades y desde muy
antiguo. No obstante, el principal antecesor de la trompa moderna era la llamada
trompa o cuerno de caza, un simple tubo enrollado alrededor del hombro y que
terminaba en una campana muy abierta. Se utilizaba este instrumento para dar
avisos, y sobre todo para hacer llamadas durante las partidas de caza. En las
orquestas del siglo XVII ya se empleaba un instrumento similar a este. Hoy en
día la trompa moderna, tras la incorporación del sistema de válvulas es un
instrumento bastante diferente, formado por un largo tubo enrollado sobre sí
mismo, aunque sigue conservando el final en una gran campana.
La
forma de tocar este instrumento es muy peculiar, puesto que mientras que con la
mano izquierda se manejan las tres válvulas, la derecha se introduce dentro de la
campana. Como en todos los instrumentos de válvulas, el sonido se modula
combinando diversas posiciones de las válvulas con diferentes grados de tensión
de los labios. Así se obtiene un sonido dulce y pleno que es capaz de inundar
por sí solo una amplia sala de conciertos.
La
trompa tiene un amplio registro de aproximadamente tres octavas y media. En las
orquestas clásicas, donde se empleaban aún sin el mecanismo de válvulas, había
instrumentistas especializados en pasajes graves, mientras que otros se especializaban
en pasajes agudos. Así ha participado como instrumento habitual desde las
primeras orquestas barrocas, junto a oboes y fagotes. En las orquestas modernas
la nueva trompa a menudo aparece en un número muy numeroso, con al menos seis
ejemplares, y normalmente se emplea la que está afinada en fa, lo que significa
que sus sonidos suenan una quinta más grave de como se escriben. Además, un
instrumentista moderno está igualmente especializado tanto en los sonidos
graves como en los agudos, si bien aún se sigue manteniendo la diferenciación
de estos registros en las partituras tan sólo por una cuestión de tradición
musical.
Como
instrumento de cámara también es uno de los instrumentos de viento-metal más
empleado, pues por sus características sonoras se conjunta perfectamente tanto
con instrumentos de viento como de cuerda. Es particularmente frecuente su
empleo junto a instrumentos de viento-madera, con los cuales empasta a la
perfección, en formaciones como el quinteto y el octeto.