Se denomina forma estrófica a la más elemental de las
formas musicales. Consiste en una única frase musical que es repetida de manera
consecutiva al menos una vez, es decir, que con la presentación inicial, la
frase es interpretada al menos dos veces. Algunos autores llaman a ésta como
forma primaria, precisamente por encontrarse en el origen de cualquier otro
procedimiento y forma musical.
Dada su sencillez esta forma fácilmente puede resultar
monótona, pues éste es uno de los peligros en los que se puede caer al emplear
de manera excesiva el procedimiento de la repetición. Por ello, para evitar
caer en esa monotonía, lo habitual es que se ponga algún remedio para que esto
no ocurra: alguna pequeña variación en las repeticiones, intercalar breves interludios instrumentales entre
estrofa y estrofa, etc.
La forma estrófica es característica sobre todo de la
música vocal, o sea, de la música cantada, y por tanto requiere de un texto para
ser interpretada por los cantantes. De esta manera, es precisamente ese texto
el que nos ayudará a que la repetición sucesiva de una misma frase musical no
resulte monótona en exceso, pues cada vez que dicha frase musical es repetida
se canta con un texto diferente.
La forma estrófica es la que más abunda en la música
popular y folklórica, la cual es mayoritariamente música vocal, y su sencillez
y carácter repetitivo facilitan la interpretación a cualquier persona que no
sea un músico profesional. El folklore español está por tanto repleto de
ejemplos de canciones que siguen el modelo estrófico, esto es, una misma
melodía interpretada varias veces con diferentes letras.
Por ejemplo, el villancico popular español “Tan tan” se suele cantar con varias estrofas,
no siempre las mismas, dependiendo del lugar y de los gustos y tradiciones de
la gente en las diferentes regiones en las que se canta. A menudo se canta con
tan sólo tres estrofas, tales como éstas:
ESTROFA 1ª ESTROFA 2ª ESTROFA
3ª
Tan tan. Van por el desierto. Tan tan. Melchor y gaspar. Tan tan. Les sigue el negrito que todos le llaman el rey Baltasar. |
Tan tan. Vieron una estrella. Tan tan. La vieron brillar. Tan tan. Tan pura y tan bella que todos la siguen a ver dónde va. |
Tan tan. Se cansa el camello. Tan tan. Se cansa de andar. Tan tan. Que está cargadito De incienso y de mirra para quién será. |
Que se cantarían así:
Al interpretarse el villancico completo podemos observar
cómo existen breves pasajes instrumentales (interludios) que se intercalan
entre cada estrofa, así como al principio y al final de la obra: