Se denomina música “a capella” a aquella que se
interpreta sólo con voces, y por tanto no interviene instrumento musical
alguno. Pero además, en la música coral a capella, se interpreta polifonía,
esto es, música a varias partes.
Es el Renacimiento el periodo considerado como el dorado
para la polifonía a capella, por la abundancia y la gran calidad de la música
coral de dicho periodo. No obstante, a pesar de que a partir de entonces la
música instrumental fue ganando cada vez mayor protagonismo hasta convertirse
en la predominante, siempre ha habido repertorio de música a capella en todos
los periodos de la historia de la música.
Se puede hablar de polifonía coral para composiciones a
partir de dos o más voces (entendiendo aquí en término “voz” como equivalente a
“parte o melodía” de una composición polifónica). Pero la composición a cuarto
voces (o partes) ha sido el modelo más utilizado, y el que se ha establecido
como un estándar para la música coral, pues se considera como el conjunto ideal
para conseguir una sonoridad plena. De esta manera, el coro mixto a cuatro
voces está formado por dos clases de voces femeninas (sopranos y contraltos) y
otras dos voces masculinas (tenores y bajos).
Buena parte del repertorio de música coral a capella está
formado por arreglos polifónicos de música popular o folclórica,
transformándose así estas sencillas melodías en ricas composiciones polifónicas
en las que a menudo algunas de sus voces imitan efectos instrumentales.